jueves, 13 de febrero de 2014

Recuerdo y Olvido

“-¿Por qué no me hablas de tu felicidad y no haces más que mirarme?-Le preguntó el hombre al animal. El animal hubiera querido decir “porque olvido a cada instante lo que quiero responder”, pero mientras preparaba su respuesta, olvidó lo que iba a decir y se quedó callado.” – El filósofo que dio vuelta a la historia. Nietzche.

El tiempo se escapa de tus manos, de tu piel, de tus pulmones, siempre. Lo único que nos ata al pasado, es la memoria. ¿Recuerdas tu cumpleaños número seis? ¿Tu primer mascota? ¿Tu primer beso? O aquella vez que dijiste “te amo”. Esos momentos yacen sepultados en el ayer. También están en tu memoria los días más tristes de tu vida, cuando aquella persona querida falleció, cuando descubriste que no era amor.

No podemos huir del pasado, él nos persigue, nos pertenece. Y nos angustia por el hecho de que sabemos que no podemos modificar lo que hicimos. Y algunos temen al futuro porque piensan que errarán, o después de actuar hoy, se arrepentirán de sus actos. La vida no funciona así.

El pasado fue presente, el presente se torna pasado y el futuro, el futuro se construye con la comprensión del pasado y su aplicación en el presente.

Muchos viven aún en el pasado, actuando de forma conservadora, rigurosa y estática. Como si vivieran en la prehistoria. Rechazan la creatividad, el avance, el conocimiento. Se adhieren a las tradiciones y al seno familiar, he allí la cuna de muchos tipos de discriminación. El miedo al sexo, la idea de que las mujeres debemos ser princesas y los hombres caballeros. Todo un ramo de creencias que la sociedad ha adoptado como “buenas”. Pero, ¿buenas para quién?

Ningún acontecimiento sucede dos veces, nada se repite. Heráclito decía que toda la naturaleza, fluye, todo es cambiante y por tal motivo, un hombre no puede bañarse en las mismas aguas dos veces. Incluso cuando respiras, el oxígeno que inhalas es distinto. Todo lo es. Las cosas existentes del mundo físico y en la mente están en constante movimiento. No serás el mismo después de leer cierto libro, de estar con cierta persona, de vivir hoy.

El recuerdo te ayuda a construir tu historia humana, si no fuésemos capaces de recordar, seríamos cual animales que actúan por instinto. Recuerda y olvida,  recuerda tus raíces, tu motivo de lucha, tu existencia, olvida tus tristezas, los sucesos terribles que tuviste. Si te atas demasiado al pasado, te tornarás un hombre anticuado, y sin darte cuenta, dejarás de vivir.

Vive para experimentar, quizá mueras mañana, quizá moriste hoy. ¿Estarías satisfecho con lo que hiciste y la forma en que llegaste a ello? Conoce, disfruta, construye tu historia y compréndela.  No le des cabida al arrepentimiento, enfrenta las consecuencias de tus actos con valor. Saldrás del rebaño, y aunque él te rechace, no importará, porque en el proceso, has dejado de temer para comenzar a existir.

 

-En memoria de Héctor Soto.

1 comentario: